domingo, 15 de agosto de 2010

Cosa caleta shhhhhhhhh...

- Envidio la vida que tienes, chato.

Son las palabras de Carlitos, las cuales me asombran. ¿Envidia de qué? pienso yo. Últimamente no he hecho algo grandioso o apoteósico para ser envidiable. Tal vez la envidia sea porque soy un master jugando winning eleven en el Play Station 2.

- Tranquilo Carlitos, la próxima te dejo ganar. Respondo.

- No seas payaso, no es por eso. Envidio tu vida, la manera en que vives sin complicarte. Extraño salir con mis patas, gilearme a chica que vea, conocer mujeres, joderlas sin dar explicación a nadie. Quiero tirarme a una flaca sin remordimiento alguno. Dice él.

- Puta webón, con eso me das a entender que soy un puto de mierda que se levanta a flacas y sale a putear. Ya no jodas y pásame otra lata de chela.

Luego de dar un gran sorbo, pasar la amarga bebida fría, y fumar lo poco que quedaba del cigarrillo lucky, vuelve a mi mente las palabras de Carlitos y me hace reír.

- Puta webón, eres un cague de risa para decir eso. Digo yo.

- Nada chato, es verdad. Es bonito tener flaca y todo pero uno siente que a veces se cansa. Sale ese lado cazador. ¿Te has dado cuenta lo buena que está Camila? Puta, si no tuviera flaca ya la estaría trabajando. ¿Y qué me dices Johanna? Webón, me dijo para salir, con ella he tenido mis cosas. Cosas caletas pero de la puta mare. Ahora no puedo hacer nada. Cada vez que quiero agarrarme a alguien me viene el sentimiento de culpa. En cambio tú no tienes ese problema, Chato de mierda tú gileando y yo en angustias. Carajo chato sé que amo a mi flaca pero puta no sé brother.

- Calla webón, tú no la amas. Fácil la quieres demasiado y por eso te sientes culpable. ¿Te quieres agarrar a Camila? Agárratela. ¿Quieres revolcarte con Johanna? Revuélcate con ella. Es tu roche yo no me meto. Contesto.

- No chato, es que es difícil esta situación. Pero sí quiero probar “nuevas carnes”. Dice él.

Luego de terminar el six pack de Cuzqueña, fumarme el último cigarrillo y recibir un guiño de una extraña con flaco, que en mi vida me había pasado y fue gracioso por la cara del sujeto tan enamorado y ella tan… tan… bueno digamos tan provocadora con los extraños; nos retiramos de aquél parque barranquino.

Las palabras del buen, y arrecho, Carlitos daban vueltas en mi cabeza. Es decir, ser soltero es bueno porque efectivamente gileas con quien te venga en gana, sea esta una amiga, recién conocida, una ex del colegio, etc. No hay sentimiento de culpa. Sin embargo, conozco casos de patas que sin palta agarran y hasta mantienen sexo con no precisamente sus enamoradas, sino ajenas a su relación “formal”, es decir que son amigas, exs, amigas de su enamorada o prostitutas (putas).

Ya pasado unos días, en los cuales el tema de Carlitos y su arrechura se me había olvidado por completo, entro al msn y la buena de Rocco (así le dice el FB) me cuenta su historia que no se parece en nada a la de Carlitos, siempre ella tan genial, pero que curiosamente probó un poco de la soltería que poseía hace ya un tiempo atrás y se percató que extraña esa sensación.

Con estas dos historias en la última semana es que empieza mi duda. ¿Qué tanto cohíbe tener enamorada? Es decir, ¿Será mejor mantener mi vida “gileadora”, a la óptica de Carlitos, y disfrutar de cuanta muchachona bonita conozca?

- Carajo Carlitos, las ideas que me metes a la cabeza. Pienso yo.

Bueno, el problema no es lo que uno hace con su vida, es decir, si quiero gilear gileo, si quiero agarrar agarro, si quiero sexo, tengo sexo. El problema esta cuando esos actos tienen consecuencia en otra persona, a la cual una noche le dijiste que querías que fuera tu enamorada, le llevaste chocolates, globos, le dibujaste un sueño plasmado en papel y te enseñó lo magnífico que es verla besarte (Sí, yo no cierro los ojos cuando beso, me gusta mirar cuando la estoy besando).

- Bahhhhh.. es la maldita empatía. El que dijo que era una virtud es porque seguro quería que piensen en él todo el tiempo. Reniego.

En fin… no sufro de esos problemas, propios de un sujeto comprometido formalmente, actualmente. Tal vez eso sí sea envidiable, al menos para el buen y arrecho Carlitos.


Bueno Carlitos, aunque sé que no leerás esto igual tus dudas provocaron este curioso post. Y esta es la canción que te prometí pasarte.

jueves, 1 de julio de 2010

Tercer Libro. Tercer Capítulo. Tercer Punto Final.


Mateo esta pensativo. No puede conciliar el sueño sin antes analizar los posibles resultados del encuentro de mañana. Sabe que hay tres alternativas. Tres resultados que marcarán una vez más su vida, y está decidido a aceptar el resultado que se dé.

El primer resultado: Salir saltando del edificio donde se verán. Tal vez cantando alguna canción cursi o planeando que carta escribirá, o quizá dibujar algo que la impresione y lo recompense con muchos besos. Porque ella le dirá que lo extraña y quiere estar junto a él.

El segundo resultado: Salir de ese edificio sonriendo. Tal vez no cantando ni con ganas de escribir cosas cursis, sino sabiendo que la volverá a besar cada vez que se vean. Porque ella le responderá que lo quiere.

El tercer resultado: Salir del edificio con unas ganas inmensas de llamar a alguien. Citarla, y tal vez perderse buscando un parque en San Isidro, y contarle una historia que le encantó, pero por cosas que suceden le tuvo que poner un punto final. Si es que ella le responde que todo seguirá como hasta ahora, es decir, seguir cada uno por su lado.

Para describir a Mateo basta con decir que es un chico raro, melómano, y según la enamorada de su primo, que le hizo un test psicológico, es un tipo que vive del pasado. Tal vez ahí radique la razón de sus problemas. Él sabe que puede ser verdad, en realidad sabe que es verdad, pero no quiere aceptarlo y se dispone a analizar su estado. Llega a la conclusión de que está cansado de la situación que padece actualmente. Está cansado de intentar e intentar y seguir como siempre. Quiere estar seguro de lo que tiene, de lo que siente. Quiere ser libre de todo sentimiento confuso.

Mateo llega al edificio. La llama y la escucha un poco fría. Se asombra pero sin embargo quiere verla. Su plan es sencillo: Saber si le importa no sólo de manera amical. Quiere sentir que le importa, que si él le dice que está saliendo con otra ella muestre signos de indignación, que le diga idiota. Él quiere sentir que es importante para ella.

Él ve que a ella no le afecta, es más le parece genial. Mateo comienza a sentir y comprender que su ilusión se estaba desvaneciendo, cree que él ya no es la persona importante que ella necesitaba. Mateo cree que se debe a nuevas variables. -Algún tipo del 50º u otro secretario que se la gilea en las fotocopias quizá- Piensa él.

Mateo antes de subir por esas escaleras sabía que era la última vez que se lo iba a decir. La última vez que le iba a preguntar si lo quería. La última vez que le iba a pedir un beso y abrazarla como extrañamente abraza a las cosas que se alejan de él.

Cómo era predecible Mateo no sale del edificio cantando ni sonriendo. Mateo sale directo a buscar un teléfono. Es momento de llamar a las personas que necesita. Llama a Chío, Silvana y Teffa, las que le responden lo siguiente:

- Chío después de burlarse (malvada por cierto), dice: Sabía que no volverían, es más te lo dije. Necesitas a una chica rara como tú. Vuelve a ser el chico adorable, te va a ir mejor.

- Silvana … (después de muchas llamadas no contestó), pero Mateo se imaginó lo que ella le diría. Silvana diría: No voy a opinar. Tú sabes lo que pienso. (luego de eso lo abrazaría y le presentaría a otra de sus amigas para que esté con alguna ellas, o tal vez a su prima, que aparte de ser muy linda, escribe extraordinario, y que la última vez tuvieron una conversación como pocas ha tenido).

- Teffa, una de sus grandes nuevas amigas. Con la que se perdió por San Isidro buscando un maldito parque y que al final lo encontró. Ella sólo atinó a escucharlo. A Mateo eso le encantó. Le contó una historia, narrada en tercera persona y fue feliz.

Ya una vez liberado de toda emoción, Mateo toma su carro, prende el Mp3 y escucha una y otra vez la misma canción. Mira por la ventana, ahora ve todo más claro, se siente renacido. Es como si estuviera desnudo, como un bebé, como que debe seguir su camino. Buscar nuevas cosas, vestirse nuevamente de las nuevas experiencias. Mateo siente que al fin puede ser nuevamente él y ya no una sombra de lo que fue a la espera de alguien.

Mateo piensa: Tal vez Chío tenga razón y deba encontrar a una chica rara como yo. Tal vez alguien que sienta que me quiere. Tal vez una chica rara como las que ya he dejado pasar por vivir de un recuerdo.

Mateo saca de su billetera un papel y comienza a hacer trazos, dibuja personas con palitos; en su mirar se le ve concentrado, algo nostálgico, el dibujo parece que le recordase momentos maravillosos. Termina su dibujo y se percata que es observado por el que ocupa el asiento del costado, sólo sonríe.

Mateo abre su cuenta de Facebook, mira su estado “Soltero”, -Ahora en mi mente y dentro de mi pecho me siento así – piensa él, que aún se sentía en deuda y no quería involucrarse en alguna nueva relación. - Bueno, al menos ya hay coincidencia entre ésto y mi ser – Replica.

Mateo sube su historia como otras que ha escrito, sube el dibujo creado en el bus y se dispone a poner, aunque no lo quiso, el punto que cerrará una etapa de su vida, poniendo como frase final:

Después de todo fue genial lo que pasamos. Los momentos vividos, las caminatas nocturnas, las noches en el malecón, las promesas de que serías para mí y yo para ti, los momentos en que no podía dejar de mirarte y nuestro futuro planeado. Al final no recuerdo lo malo, no podría. Sólo me queda decirte adiós pequeña y darle la bienvenida a una nueva amiga. Y ahora sí, éste es el punto final “.”







.. Mentira… el punto final que quiero ponerle a esta historia es éste. Te quiero y extraña, y tontamente, te extrañe”. “

Sonando como 300 veces en el Mp3: http://www.youtube.com/watch?v=FXL2P5QDyC8

sábado, 16 de enero de 2010

¿Dónde estas cuando quiero abrazarte?

¿Dónde estás cuando me siento tan cansado de seguir así?

Tan cansado de ser yo, de ser tan monótono, de ser tan predecible.

¿Dónde estás cuando tengo ganas de conversar, de llorar, de desahogarme?

Conversar de lo que me aqueja, llorar por la mierda que me pasa y desahogarme para si quiera poder dormir esta noche.

¿Dónde estas cuando quiero abrazarte, sentir a alguien a mi lado y poder percibir el aroma que calma mis angustias?

Abrazarte porque sabes que es lo único que pido cuando me siento fatal; sentirte a mi lado porque no veo a nadie a mi alrededor, sólo gente indiferente, gente hipócrita, gente capaz de sonreírte por fuera pero maldecirte por dentro; necesito percibir tu aroma que aunque tenga algo de nicotina me hace volar y me consume como el fuego a tu cigarrillo.

Es así como me siento esta noche lúgubre. No sé que hacer, a donde ir, ni que decir, sólo camino con mis ojos llorosos. Trato de disimular, esconder o camuflar mi estado anímico. Trato de ser hipócrita como los de mí alrededor. Pero cuando escucho tu voz fallo. No aguanto, y peor que niña lloro, maldigo y mando a la mierda a quién se me viene en gana.

¿Me debo a ver escuchado tan patético, ridículo o hasta tal vez maricón, verdad? Me odiaría por el resto de mi vida si lo hubiera hecho frente a otra persona que no fueras tú. Tú que en ese estado haces que ría. Tú que ves como cambio tan fácilmente, que ves mi estado bipolar. Tú que apaciguas mi dolor con un Te quiero.

¿Dónde demonios estas? ¿Cómo puedo llegar a ti? ¿Cómo hago para sonreír? Lo único que se me viene a la mente es lo que te cantaría: “…Alégrame la vida, sin ti la depresión me va a matar”.

Sabes que alegras mi vida y yo trato de hacer lo mismo con la tuya. Sabes que cualquier cosa voy a estar ahí como tú lo estuviste cuando te necesité. Y sabes que esto es para ti, ¿no, Silvana?

miércoles, 13 de enero de 2010

Cuatro

A veces pienso que fuiste lo mejor que me ha pasado en mi corta vida. Que eres o fuiste una fase necesaria de mi existencia. No imagino a otra persona que no seas tú ni momento y lugar donde te conocí que no fueran esos. Siempre he dicho que hablar de ti hace que se produzca una sonrisa en mí. Eres un bonito y espléndido recuerdo. Creo que por eso es que me encuentro feliz. Feliz porque sé que tú lo eres. Me alegra poder conversar contigo, de vez en cuando llamarte y escucharte. Me alegra poder hacerte reír por mis chistes malos, por mis tontos gestos e incomodarte por mi mirada que según tú te intimida.

Recuerdo que en algún momento te dije que nadie te querría como yo. Fue muy tonto eso, ¿verdad? Ya que tú eres una de las personas a la que se puede querer más que a nadie en el mundo.

Es raro que escriba esto, pensé que ya había podido superar mis crisis existenciales, pero siempre te apareces por ratos en mi cabeza. Haces que sueñe, que alucine, que me ilusione. ¡Eres malvada! La malvada más dulce que conozco.

¿Puedes creer que hace poco soñé contigo? Que me pareció tan real, tan jodidamente cursi. Y digo jodidamente, porque sabes que no me gusta serlo. Sabes que detesto ponerme romanticon, que me llega ponerme a escuchar baladas deprimentes, con ilusos que le cantan a una forajida que no les da bola. ¡Pero demonios! El pensar en ti me hace entenderlos y me dan ganas de invitarles una cerveza para conversar con ellos de lo que significa amar o creer hacerlo.

Pienso que hago lo correcto, es bueno que sigamos nuestros caminos, que vivamos y experimentemos cada uno por su lado. Estoy seguro que es lo mejor para ambos. También estoy seguro, bueno, en realidad no tanto pero algo en mi dice o espera que así sea, de que volverás a mi y yo a ti. Realmente no entiendo porque pienso eso, pero es lo que siento. Estoy loco lo sé. Loco porque me río solo cuando pienso en ti. Loco porque vivo en las nubes cuando te oigo o leo. Loco porque prefiero que seas feliz con alguien más antes que conmigo. Te jode se sea un estúpido loco, la verdad que a mi también me jode ser así.

Para terminar sólo quiero agradecerte. Te agradezco porque estoy seguro que has influido en mí en cierta manera. Creo que soy así por ti, y según dicen soy bueno. Podríamos decir que me has vuelto o incentivado a ser o seguir siéndolo. Aunque no crea que lo sea, pero si tú y mis amigos lo creen, eso me basta.


martes, 24 de noviembre de 2009

Viejo, desawébame!

Son 7 AM. del sábado 21 de noviembre, suena el insoportable ruido del teléfono. Nadie se digna a contestar es así que me levanto, tengo puesto un short de cuadritos azules, un viejo polo celeste “puma”, arrastro mis pantuflas negras que calientan mis pies friolentos.

- Aló? Sabes que hora es?

- Hola hijo, ya te he dicho que tienes que estar despierto desde temprano. Estoy llegando en 2 horas te espero en el centro. Llevas la laptop tengo que trabajar en algo.

La persona que llama es mi viejo, Dr. Soto como le dicen los demás. Robert como le dice mi madre. Yo simplemente le digo papá.

Ya está bien, en media hora salgo.

Cuelgo y lo primero que hago fue volver a mi cama calientita y abrazar mi almohada. Me pongo a pensar si será bueno contarle el motivo de mi reciente frustración.

Tal vez no lo entienda. Baaaaaaaa.. será lo que debe de ser. Digo.

Me baño, desayuno, despierto a mi hermano, agarro la laptop y me voy al encuentro de mi viejo.

- Hijo donde estás?

- Estoy justo en la esquina

- Ya está bien ahí voy.

Le digo a mi hermano que vea si esta cerca, él al igual que yo no lo vemos desde hace 6 meses. Es triste no tener cerca de una persona tan querida cerca de ti. Al menos para mi, ya que considero a mi padre una de las personas más importantes e influyentes en mi vida. Y sé que también es triste para mi hermano no tenerlo cerca. Bueno esas son cosas con las que debe vivir un hijo de padres divorciados, al menos creo haberlo superado. Eso creo.

Mi viejo aparece, realmente está más viejo, no lo recordaba tan canoso, esta maltratado por el viaje, no esta tan alto como lo recordaba o tal vez he sido yo el que ha crecido.

- Hola hijos, están más grandes. Kevin ya te alcanzó jajaja.

Son las primeras palabras de mi viejo. Demonios tiene razón, mi hermano ya esta de mi altura.

- Jajaja pero yo no tengo tantos granos como él. Digo.

Junto a mi hermano abrazamos y besamos a nuestro viejo. Sí, yo beso a mi viejo. No me parece homosexual hacerlo.

- Pa’ ahora sí ya estas bien tío. Por qué no te pintas el cabello de negro azulado, yo me apunto ah! Habla?

Él sólo ríe. Dicen que me parezco a él. Que soy su retrato de cuando él era joven. Tengo los mismos lentes, la misma sonrisa, el mismo cabello, sólo un poco diferente la nariz. Gracias a Dios!! xD

Vamos en busca de algo para desayunar. Es ahí donde me cuenta como le fue en el viaje, como le va en el trabajo, en fin… como le va en la vida. Y no es que nunca conversemos, porque conversamos casi a diario por teléfono, pero no es lo mismo escucharlo por un frío aparato que tenerlo frente a ti, viendo sus muecas, sonriéndote, viendo como te mira.

- Y como estas tú, hijo? Como te va en el corazón? Ya estas con otra? Espero que no sea forajida. Jajaja

Bueno, así es mi viejo. Le cuento que me siento bien, que estoy actualmente solo, que extraño tener a alguien pero sé que encontraré a alguien.

- No pienses en mujeres en este momento, eres muy joven aún. Cuando tengas tu título de Abogado, tengas un buen trabajo y tengas tu plata vas a ver como te van a llover las mujeres.

Eso la verdad me dio pie para contarle mi frustración. La verdad que tenía miedo de hacerlo. No sabía como iba a reaccionar. Pero fue bueno habérsela dicho.

- Pa’ nunca te aburriste del derecho. Es decir, cuando estabas ya por terminar no pensaste en que si realmente deberías o serías bueno en eso.

Tontamente pensé que me iba a decir que una vez se aburrió pero que lo supo afrontar, que era normal que te aburrieras de tu carrera.

- No, nunca. A mi me gustó siempre y ya vez por eso siempre ando bien. Por qué lo preguntas?

Eso me “frikeo” pero ya había soltado lo que me aquejaba. Le conté que siento que no me gusta mi carrera. Miento, sí me gusta sólo que me desanima ver el nivel paupérrimo de la justicia en éste país. El ver que hay tantos abogados como combis en lima.

- Me aburrí de la carrera. No quiero ser un pobretón más. Quiero ser grande pero siento que hay personas más grandes que yo. Estoy cansado que todo esto se maneje en base de contactos y no en base de conocimientos.

Lo miré con mi cabeza gacha. Tenía miedo de que me sacara en cara lo mucho que gasta en mi, que no haya elegido algo que me haga sentir pleno.

- No te preocupes hijo. Lo que necesitas es ver el lado positivo de lo que haces. A mi, cuantas veces me han jodido. Fui fiscal, juez y ahora abogado. No por el hecho de que regrese a la base quiera decir que no pueda volver a subir. Tienes que ser más vivo. El que sube muy rápido y no tiene conciencia de que al otro día puede caer hasta lo más hondo difícil que se supere. Pero ya me vez, caigo y me levanto. Estoy como un zigzag. Vivo tranquilo, y gano mi plata. Tú no tienes necesidades económicas. No tienes porque pensar en eso. Levanta tu ánimo, yo sé que vas a ser grande.

Esas palabras hasta ahora las recuerdo. La verdad le conté que me atrae la psicología, la estaba viendo entretenida. Pienso que tal vez sea una carrera para mí.

Él sólo me escuchaba, hacía que me desahogue, que votara todo lo que tenía dentro. Es que es tan estresante que todo el que te conozca y te vea diga: Hola futuro abogado, doctor, espero que no seas chueco. Cuando justamente no sabes si realmente quieres ser eso.

- Te entiendo hijo, la verdad haz lo que creas mejor. Piensa bien las cosas, sabes que te voy a apoyar.

Lo que escuchaba no lo creía, es decir yo quería un regaño, yo quería un: Qué carajo estas pensando! Ya te falta poco!. Quería que mi viejo me “desawebe”. Es que si mi hijo viene y me dijera que quiere cambiarse de carrera yo lo desawebo en “one” como dice mi pata. Pero mi viejo no estaba haciendo eso. Él me estaba dando la oportunidad de volver a empezar desde cero con tal de que no me sienta frustrado.

Pasaron los dos días, es decir sábado y domingo. Él siempre se queda por ese corto lapso de tiempo. Fueron días increíbles. Fotos familiares, reuniones esperadas, recuerdos al miembro Soto que se fue, promesas de volver más seguido, en fin… Fue una semana como las de antes cuando mi viejo solía venir cada mes o dos meses.

Cuando se fue lo abracé nuevamente, le hice prometer que vendría más seguido, que me dejara tareas como hacer demandas o escritos. Él nos acompañó a tomar nuestro carro. Yo veía como se iba, siempre tengo esa imagen de él. Ésa imagen en la que se va. Quisiera tener más imágenes de cuando viene, pero sé que no es posible. Sin embargo disfruto verlo caminar, disfruto ver como se despide, como nos dice que nos cuidemos y que nos quiere.

Ya al día siguiente, siendo las 7 am vuelve a sonar el maldito teléfono. Me levanto esta vez con mi short de cuadritos negros y mi polo viejo del mismo color. Sí, uso ropa vieja para dormir. Busco mis pantuflas negras para calentar mis pies.

- Aló? Sabes que hora es?

- Hola hijo, sabes que tienes que levantarte temprano!

Y así la rutina de mi vida vuelve nuevamente.




*Esta canción cae apelo con mi historia. Se la dedico a mi viejo cuando lo necesito. Help! - The beatles.

Tratando de olvidar mutuamente

Él es un tipo últimamente decepcionado de las relaciones amorosas y busca su estabilidad emocional. Ella es una chica que vive su vida día a día después de que aquél tipejo, que fue su ex, le hizo mucho daño.

Él se siente frustrado, esta en la época de su conflicto existencial, no sabe lo que quiere no sabe lo que necesita. Ella por el contrario sabe lo que tiene que hacer, sabe cual es su objetivo, sabe que su relación anterior fue desastrosa y debe alejarse, enterrar esa ilusión insana y masoquista.

Era mediodía del mes de Noviembre. El sol esta infernalmente radiante. Él caminaba por los bordes de los jardines como aquél niño que recorre la ciudad de la mano de sus padres, tratando de no pisar las líneas de la vereda para no perder su imaginario juego. Ella caminaba con la mente nublada, usaba su falda negra semi-larga, esa que le encanta a él, su top rosado con una mariposa de estampado en el pecho, su anillo que le regaló su padre cuando cumplió 15 años, sus lentes negros de esos grandes que cubren su mirada tierna y pensativa.

El encuentro casual e inesperado se da. Ella sonríe al verlo, él se conmociona por lo linda que está. Ambos hablan y cuentan sus vidas desde que dejaron de verse.

Él ya no tiene sentimientos ni recuerdos malos hacia ella, él simplemente esta contento de verla, así tal y como la recordaba aunque ahora más preciosa. Ella esta feliz de ver al chico lindo con el que era capaz de gastar todo su saldo, de curioso sentido del humor que siempre le robaba una sonrisa.

La tarde comienza a caer, ella lo invita a su casa como antes; él acepta gustoso aunque algo confuso igual va. Al llegar recordó esos cuadros, sillones y flores. Todo era como antes, menos el sentimiento que ambos tenían, ya que ahora no había ese lazo sentimental que una vez los unió.

En el pasado ella se entregó a quien creyó fue su grande amor y eso es lo que más le duele, ya que esa persona fue un patán que la traicionó. Él por el contrario era casto, su vida amorosa rara vez llegó a consumarse sobre una cama, pero eso estaba a punto de cambiar.

Uno de sus grandes temas de conversación siempre fue la música es así que 
encienden la radio. The killers se hace presente, ése mes estaban de moda porque 
llegaban a Lima. Read my mind empieza a sonar:      
              
 Oh well I don't mind, if you don't mind Cause 
 I don't shine if you don't shine 
 before you go, can you read my mind?
 

Ambos cantan y a la vez se odian porque se perdían el concierto que era ése mismo día. Sin embargo tratan de olvidarlo con un: Are we human or are we denser.

"Es dancer bobo", así ella le dice de cariño. "No no! Es denser", le dice él. Así debatiendo de la letra de la canción comienzan a jugar, comienza el roce, las sonrisas y finalmente se besan.

Ambos saben que no pueden tener una relación sentimental, es más ambos están tratando de olvidarse de una. Sin embargo quieren sentirse queridos nuevamente, quieren expresarse emocionalmente y no pensar en quien los han decepcionado.

Ella estaba excitada, él lo sabía ya que sentía el latir de su corazón al igual que ella sentía como el pecho de él palpitaba como si fuera a explotar. Ella subió encima de él y no dejaba de besarlo. Él la acariciaba, la olía, porque realmente olía delicioso, tomaba su cabello y jugaba extrañamente, sentía sus senos sobre su pecho y sus manos se multiplicaban para recorrer la silueta de su cuerpo.

Tuvieron sexo, el primero para él y extrañamente cargado de sentimiento para ella. Y no hicieron el amor porque ambos saben que no se aman, se quieren sí, pero es un querer extraño. Él se sentía extraño, no podía creerlo ya que lo más cerca que estuvo de un acto sexual fue una porno que circuló por su salón en la secundaria. Ella simplemente lo miraba, parecía buscar el rostro de aquél que creyó iba a ser el amor de su vida. Eso a él no le importó, simplemente la miraba a los ojos como buscando una respuesta al por qué de ese acto. Ambos desnudos, tanto física como sentimentalmente, conversaron se rieron y se abrazaron. Él la volvió a mirar, soltó un: gracias, realmente me hiciste sentir especial hoy. Y la beso con gran sentimiento. Ella se sonrojó y soltó una sonrisa radiante como el sol que vio como se encontraron aquél día.

Él se despidió como un buen amigo, sabía que no volvería a pasar ese encuentro tan sexual que le encantó. Ella simplemente sonreía como quien se despide de un hermano y lo abraza con fuerza.

Al entrar a su casa ella coge su celular, marca raudamente un número que se lo sabe de memoria, espera pacientemente hasta que escucha un: Hola, no sabes como esperaba una llamada tuya, realmente estoy arrepentido y te necesito. Ella sólo atina a decir: Acabo de hacer el amor y ahora sé lo que se siente hacerlo con alguien que no seas tú.

Él prendé un cigarrillo, porque siempre vio en las películas que después de tener sexo se fuma, y eso realmente complementó su satisfacción. Ya era de noche, Él seguía caminando, se sentía extraño, se sentía contento y comienza a tararear la canción que fue el soundtrack de ese mágico momento para él. Regresa a su casa recordando esas escenas, sonríe y piensa: Ahora sé que se siente besar a una chica que no seas tú.