jueves, 1 de julio de 2010

Tercer Libro. Tercer Capítulo. Tercer Punto Final.


Mateo esta pensativo. No puede conciliar el sueño sin antes analizar los posibles resultados del encuentro de mañana. Sabe que hay tres alternativas. Tres resultados que marcarán una vez más su vida, y está decidido a aceptar el resultado que se dé.

El primer resultado: Salir saltando del edificio donde se verán. Tal vez cantando alguna canción cursi o planeando que carta escribirá, o quizá dibujar algo que la impresione y lo recompense con muchos besos. Porque ella le dirá que lo extraña y quiere estar junto a él.

El segundo resultado: Salir de ese edificio sonriendo. Tal vez no cantando ni con ganas de escribir cosas cursis, sino sabiendo que la volverá a besar cada vez que se vean. Porque ella le responderá que lo quiere.

El tercer resultado: Salir del edificio con unas ganas inmensas de llamar a alguien. Citarla, y tal vez perderse buscando un parque en San Isidro, y contarle una historia que le encantó, pero por cosas que suceden le tuvo que poner un punto final. Si es que ella le responde que todo seguirá como hasta ahora, es decir, seguir cada uno por su lado.

Para describir a Mateo basta con decir que es un chico raro, melómano, y según la enamorada de su primo, que le hizo un test psicológico, es un tipo que vive del pasado. Tal vez ahí radique la razón de sus problemas. Él sabe que puede ser verdad, en realidad sabe que es verdad, pero no quiere aceptarlo y se dispone a analizar su estado. Llega a la conclusión de que está cansado de la situación que padece actualmente. Está cansado de intentar e intentar y seguir como siempre. Quiere estar seguro de lo que tiene, de lo que siente. Quiere ser libre de todo sentimiento confuso.

Mateo llega al edificio. La llama y la escucha un poco fría. Se asombra pero sin embargo quiere verla. Su plan es sencillo: Saber si le importa no sólo de manera amical. Quiere sentir que le importa, que si él le dice que está saliendo con otra ella muestre signos de indignación, que le diga idiota. Él quiere sentir que es importante para ella.

Él ve que a ella no le afecta, es más le parece genial. Mateo comienza a sentir y comprender que su ilusión se estaba desvaneciendo, cree que él ya no es la persona importante que ella necesitaba. Mateo cree que se debe a nuevas variables. -Algún tipo del 50º u otro secretario que se la gilea en las fotocopias quizá- Piensa él.

Mateo antes de subir por esas escaleras sabía que era la última vez que se lo iba a decir. La última vez que le iba a preguntar si lo quería. La última vez que le iba a pedir un beso y abrazarla como extrañamente abraza a las cosas que se alejan de él.

Cómo era predecible Mateo no sale del edificio cantando ni sonriendo. Mateo sale directo a buscar un teléfono. Es momento de llamar a las personas que necesita. Llama a Chío, Silvana y Teffa, las que le responden lo siguiente:

- Chío después de burlarse (malvada por cierto), dice: Sabía que no volverían, es más te lo dije. Necesitas a una chica rara como tú. Vuelve a ser el chico adorable, te va a ir mejor.

- Silvana … (después de muchas llamadas no contestó), pero Mateo se imaginó lo que ella le diría. Silvana diría: No voy a opinar. Tú sabes lo que pienso. (luego de eso lo abrazaría y le presentaría a otra de sus amigas para que esté con alguna ellas, o tal vez a su prima, que aparte de ser muy linda, escribe extraordinario, y que la última vez tuvieron una conversación como pocas ha tenido).

- Teffa, una de sus grandes nuevas amigas. Con la que se perdió por San Isidro buscando un maldito parque y que al final lo encontró. Ella sólo atinó a escucharlo. A Mateo eso le encantó. Le contó una historia, narrada en tercera persona y fue feliz.

Ya una vez liberado de toda emoción, Mateo toma su carro, prende el Mp3 y escucha una y otra vez la misma canción. Mira por la ventana, ahora ve todo más claro, se siente renacido. Es como si estuviera desnudo, como un bebé, como que debe seguir su camino. Buscar nuevas cosas, vestirse nuevamente de las nuevas experiencias. Mateo siente que al fin puede ser nuevamente él y ya no una sombra de lo que fue a la espera de alguien.

Mateo piensa: Tal vez Chío tenga razón y deba encontrar a una chica rara como yo. Tal vez alguien que sienta que me quiere. Tal vez una chica rara como las que ya he dejado pasar por vivir de un recuerdo.

Mateo saca de su billetera un papel y comienza a hacer trazos, dibuja personas con palitos; en su mirar se le ve concentrado, algo nostálgico, el dibujo parece que le recordase momentos maravillosos. Termina su dibujo y se percata que es observado por el que ocupa el asiento del costado, sólo sonríe.

Mateo abre su cuenta de Facebook, mira su estado “Soltero”, -Ahora en mi mente y dentro de mi pecho me siento así – piensa él, que aún se sentía en deuda y no quería involucrarse en alguna nueva relación. - Bueno, al menos ya hay coincidencia entre ésto y mi ser – Replica.

Mateo sube su historia como otras que ha escrito, sube el dibujo creado en el bus y se dispone a poner, aunque no lo quiso, el punto que cerrará una etapa de su vida, poniendo como frase final:

Después de todo fue genial lo que pasamos. Los momentos vividos, las caminatas nocturnas, las noches en el malecón, las promesas de que serías para mí y yo para ti, los momentos en que no podía dejar de mirarte y nuestro futuro planeado. Al final no recuerdo lo malo, no podría. Sólo me queda decirte adiós pequeña y darle la bienvenida a una nueva amiga. Y ahora sí, éste es el punto final “.”







.. Mentira… el punto final que quiero ponerle a esta historia es éste. Te quiero y extraña, y tontamente, te extrañe”. “

Sonando como 300 veces en el Mp3: http://www.youtube.com/watch?v=FXL2P5QDyC8

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