sábado, 16 de enero de 2010

¿Dónde estas cuando quiero abrazarte?

¿Dónde estás cuando me siento tan cansado de seguir así?

Tan cansado de ser yo, de ser tan monótono, de ser tan predecible.

¿Dónde estás cuando tengo ganas de conversar, de llorar, de desahogarme?

Conversar de lo que me aqueja, llorar por la mierda que me pasa y desahogarme para si quiera poder dormir esta noche.

¿Dónde estas cuando quiero abrazarte, sentir a alguien a mi lado y poder percibir el aroma que calma mis angustias?

Abrazarte porque sabes que es lo único que pido cuando me siento fatal; sentirte a mi lado porque no veo a nadie a mi alrededor, sólo gente indiferente, gente hipócrita, gente capaz de sonreírte por fuera pero maldecirte por dentro; necesito percibir tu aroma que aunque tenga algo de nicotina me hace volar y me consume como el fuego a tu cigarrillo.

Es así como me siento esta noche lúgubre. No sé que hacer, a donde ir, ni que decir, sólo camino con mis ojos llorosos. Trato de disimular, esconder o camuflar mi estado anímico. Trato de ser hipócrita como los de mí alrededor. Pero cuando escucho tu voz fallo. No aguanto, y peor que niña lloro, maldigo y mando a la mierda a quién se me viene en gana.

¿Me debo a ver escuchado tan patético, ridículo o hasta tal vez maricón, verdad? Me odiaría por el resto de mi vida si lo hubiera hecho frente a otra persona que no fueras tú. Tú que en ese estado haces que ría. Tú que ves como cambio tan fácilmente, que ves mi estado bipolar. Tú que apaciguas mi dolor con un Te quiero.

¿Dónde demonios estas? ¿Cómo puedo llegar a ti? ¿Cómo hago para sonreír? Lo único que se me viene a la mente es lo que te cantaría: “…Alégrame la vida, sin ti la depresión me va a matar”.

Sabes que alegras mi vida y yo trato de hacer lo mismo con la tuya. Sabes que cualquier cosa voy a estar ahí como tú lo estuviste cuando te necesité. Y sabes que esto es para ti, ¿no, Silvana?

miércoles, 13 de enero de 2010

Cuatro

A veces pienso que fuiste lo mejor que me ha pasado en mi corta vida. Que eres o fuiste una fase necesaria de mi existencia. No imagino a otra persona que no seas tú ni momento y lugar donde te conocí que no fueran esos. Siempre he dicho que hablar de ti hace que se produzca una sonrisa en mí. Eres un bonito y espléndido recuerdo. Creo que por eso es que me encuentro feliz. Feliz porque sé que tú lo eres. Me alegra poder conversar contigo, de vez en cuando llamarte y escucharte. Me alegra poder hacerte reír por mis chistes malos, por mis tontos gestos e incomodarte por mi mirada que según tú te intimida.

Recuerdo que en algún momento te dije que nadie te querría como yo. Fue muy tonto eso, ¿verdad? Ya que tú eres una de las personas a la que se puede querer más que a nadie en el mundo.

Es raro que escriba esto, pensé que ya había podido superar mis crisis existenciales, pero siempre te apareces por ratos en mi cabeza. Haces que sueñe, que alucine, que me ilusione. ¡Eres malvada! La malvada más dulce que conozco.

¿Puedes creer que hace poco soñé contigo? Que me pareció tan real, tan jodidamente cursi. Y digo jodidamente, porque sabes que no me gusta serlo. Sabes que detesto ponerme romanticon, que me llega ponerme a escuchar baladas deprimentes, con ilusos que le cantan a una forajida que no les da bola. ¡Pero demonios! El pensar en ti me hace entenderlos y me dan ganas de invitarles una cerveza para conversar con ellos de lo que significa amar o creer hacerlo.

Pienso que hago lo correcto, es bueno que sigamos nuestros caminos, que vivamos y experimentemos cada uno por su lado. Estoy seguro que es lo mejor para ambos. También estoy seguro, bueno, en realidad no tanto pero algo en mi dice o espera que así sea, de que volverás a mi y yo a ti. Realmente no entiendo porque pienso eso, pero es lo que siento. Estoy loco lo sé. Loco porque me río solo cuando pienso en ti. Loco porque vivo en las nubes cuando te oigo o leo. Loco porque prefiero que seas feliz con alguien más antes que conmigo. Te jode se sea un estúpido loco, la verdad que a mi también me jode ser así.

Para terminar sólo quiero agradecerte. Te agradezco porque estoy seguro que has influido en mí en cierta manera. Creo que soy así por ti, y según dicen soy bueno. Podríamos decir que me has vuelto o incentivado a ser o seguir siéndolo. Aunque no crea que lo sea, pero si tú y mis amigos lo creen, eso me basta.